sábado, 1 de agosto de 2009

A los Poetas del Mundo



Nadie murmulla en mis oídos
Las frases que brotan de este corazón
Negado a creer que la poesía son simples palabras que riman
Ellas encierran leves roces y caricias al alma
Son las rosas en medio de la pradera silvestre
Y el agua fresca en el oasis de la vida
Nadie me dice que debo escribir
Solo escribo el sabor del viento en mi piel
El amor que expreso en cada verso
En cada copla o el compendio de frases dulce y sutiles
Nadie me dice como escribir, pues ni la razón misma
Lograr silenciar el corazón cuando este en palabras gime
En caricias arropa el cuerpo de esta que les escribe
Y que toma un instante para decirles
Gracias por vuestros versos y por regalarnos poesía

Revoloteando de Flor en Flor...


Ovóide e infinito, azul profundo e intenso cielo
Desgranar de horas en un tiempo finito
Surcan ligeras hadas y gnomos en medio de la noche
Saltitantes colibríes que revolotean de flor en flor
El viento es caricia, la luz es abrazo
Y tras cada arbusto se esconde en juegos de infantes
Mariposas azules y duendes mágicos
Surca el cielo eso cóndor vigilante y atento
Pues lleva en su alma, el paso de vidas pasadas
Siendo el guardián de mi castillo mágico
mundo misterioso para el humano
que mira con dudas el mundo del todo es posible
travesiíllas criaturas amantes de los brillos colorinches
que existen como tomadas de un cuento
pero tan reales como los lirios de campo

Levitando de Amor


En cada aliento de viento
Se nos llenan las manos de vida
Luz y color, como musas aladas
Revoloteando en el firmamento
Cubiertas por la caballera de agua
Que desciende al lecho del río
Hasta llegar al mar
Gaviotas, ruiseñores que graznan
Recordando amores olvidados
Danza de hadas frente al espejo cóncavo de los sueños
Porque en este mundo silencioso,
Imperceptible, que se cree imaginario
Mil duendes fertilizan los jardines de Amapola
Girasoles como coral brillan al sol
Luciérnagas que como farolas dan luz al camino
En los pliegues silenciosos de cada crepúsculo
La tierra arropa los sueños en su regazo de vida
Y donde el amor deja de ser para dos
El bastión de los afectos
Aquí el amor toma su forma, su cuerpo mismo
envolviendo el alma que levita sin cadenas.